miércoles, 1 de agosto de 2007

LAS TACTICAS DE INFANTERIA

En la Edad Media, la táctica de los soldados de infantería consistía sencillamente en acercarse al enemigo y descargar hachazos. Los francos arrojaban sus hachas justo antes de lanzarse sobre el enemigo. Los guerreros contaban con la fuerza y la ferocidad para vencer. El ascenso de los caballeros colocó temporalmente a la infantería en un segundo plano, principalmente porque no existía una infantería bien disciplinada e instruida. En los primeros ejércitos medievales, los soldados que luchaban de infantería eran campesinos mal armados e instruidos en su mayor parte. Los sajones y los vikingos desarrollaron una postura defensiva llamada el muro de escudos. Los hombres se colocaban de forma contigua y juntaban sus largos escudos para así formar una barrera. Esto servía para protegerlos de los arqueros y de la caballería, de los cuales carecía su ejército. La infantería experimentó un resurgimiento en aquellas áreas que carecían de condiciones para formar tropas de caballería pesada, por ejemplo en los países de relieve accidentado como Suiza y Escocia, y en las ciudades en pendiente. Debido a la necesidad, estas dos partes encontraron formas de organizar ejércitos eficaces que incluían muy poca o ninguna caballería. Ambos grupos descubrieron que los caballos no cargarían contra una barrera de estacas afiladas o de puntiagudas lanzas. Una formación disciplinada de lanceros podía detener a la elite de la caballería pesada de los nobles y naciones de mayor poder, y todo ello por una mínima parte del coste que suponía una fuerza de caballería pesada. Una formación schiltron era un círculo de lanceros que los escoceses comenzaron a emplear durante las guerras de independencia que se produjeron hacia finales del siglo XIII (las que se recreaban en la película Bravehear). Ellos descubrieron que el schiltron era una formación defensiva eficaz. Robert Bruce sólo presentaba batalla a los caballeros ingleses en terreno pantanoso, lo que dificultaba notablemente la carga de la caballería pesada. Los suizos adquirieron renombre en la lucha de picas. Básicamente revivieron la falange griega y llegaron a adquirir una gran pericia en el combate con largas armas de palo. Lo que hacían era formar un escuadrón de piqueros. Las cuatro filas exteriores sujetaban las picas a una altura similar, apuntando algo hacia abajo. Esto creaba una barrera eficaz contra la caballería. Las filas de la retaguardia usaban armas de palo acuchillado para hacer frente a los enemigos que se acercaban a la formación. Los suizos estaban entrenados hasta tal punto que eran capaces moverse en formación con relativa rapidez. Ellos convirtieron una formación defensiva en una fuerza de ataque de igual eficacia. La respuesta frente a los compactos grupos de piqueros era la artillería, que rompía las filas de estas densas formaciones. Los españoles parecen haber sido los primeros en lograrlo de forma eficaz. Los españoles combatían también con pericia a los piqueros mediante espadachines con escudos. Se trataba de hombres ligeramente armados que podían penetrar entre las picas y luchar eficazmente con sus cortas armas. Su defensa era un pequeño y manejable escudo. Al final de la Edad Media, los españoles fueron también los primeros en experimentar combinando, en una misma formación, a piqueros, espadachines y pistoleros. El resultado fue una eficaz formación capaz de enfrentarse a las distintas armas en varios terrenos, tanto en la defensa como en el ataque. A finales del periodo medieval, los españoles eran la fuerza militar más eficaz de Europa.

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